Txarango sonríe a la esperanza en el mejor disco del año

Son el último alud de la música catalana contemporánea, herederos de una larga tradición que bebe del mestizaje y reivindica la revuelta activa en la calle ante una sociedad en crisis. Apelan a la esperanza con una sonrisa, y con la fuerza de un río que quiere traer un futuro mejor aún por construir. “Som·riu” (Sonríe y Somos río a la vez), el segundo trabajo discográfico de Txarango complementa orgánicamente el espléndido “Benvinguts al llarg viatge” (Bienvenidos al largo viaje), y lo confirma como mejor disco del año para Voces del Mundo.

“Asaltaremos la ciudad de las tristezas, respiraremos el humo de un pueblo y el aire de los señores. Hemos traficado mil sueños y una ilusión: la esperanza. Lejos de aquí, cuarenta ladrones se han repartido el mundo. Volveremos a empezar, somos un río que siempre avanza”… la primera estrofa del tema “Esperança” (Esperanza) que abre el disco se revela como toda una declaración de intenciones.

“Es un disco más contundente porque lo que hemos vivido estos dos últimos años a nivel social es más duro y eso te afecta a la hora de escribir”, explica Àlex Pujols, bajista del grupo. Sergi Carbonell, pianista, ahonda en la esperanza como eje vertebrador: “La esperanza es lo que nos permite soñar, es la excusa para tirar adelante, la que nos recuerda que todo es posible. Las grandes revoluciones se han hecho a través de la esperanza.” Alguer Miquel, cantante, matiza que “no hablamos de una esperanza pasiva esperando que las cosas cambien por sí solas, reivindicamos la esperanza como acción de salir a luchar por ella”.

El agua como elemento purificador acompaña los 14 temas incluidos en “Som·riu”, como explica Marcel Lázara, cantante y guitarrista: “El agua estancada hay que removerla, porque todo lo que está estancado se acaba pudriendo”. De ahí nace la metáfora de este río musical que invita a luchar por construir un futuro mejor entre todos: “De repente hay una tempestad, el río se llena y baja todo, y las cosas cambian. El agua cambia la geografía. Nos gustaría que en los próximos años hubiera unas cuantas riadas de estas que dibujaran un panorama diferente”, concluye Alguer.

La charanga en calles y plazas

La música de Txarango y sus conciertos llenos de una energía desbordante son una invitación constante a la celebración de la vida, a cantar y bailar en calles y plazas. Su nombre homenajea a esas “charangas” o grupos de músicos de viento y percusión que se encargan de amenizar las fiestas populares en numerosas zonas de España. Ellos lo hacen a partir de la música mediterránea, de la rumba catalana que fusionan con sonidos propios del ska, el reggae, de sonidos latinos o percusión brasileña. “El estilo no es un objetivo ni un destino”, puntualiza Marcel, “es un medio que utilizamos para explicar historias”.

Música que cautiva con la misma visceralidad de la fanfarria balcánica, con letras básicamente escritas en catalán pero también en castellano, en las que la voz cede la supremacía al contenido. Música mediterránea creada en pueblos del interior, ya que sus componentes provienen de comarcas como La Garrotxa, Ripollès, Berguedà y Osona. Alguer enfatiza que: “Nuestro Mediterráneo no es el mar, sino allí donde nace el mar: en los valles, los ríos. Hemos nacido donde también nace nuestro mundo, y este río que es nuestro Mediterráneo lo hemos intentado proyectar metafóricamente en el disco”.

El batería Joaquim Canals, el percusionista Pau Puig, el saxo Ivan López y el trompetista Jordi Barnola, completan esta formación nacida en el barrio Gótico barcelonés, que empezó a tocar por sus calles en conciertos improvisados con músicos de todo el mundo, vinculados a movimientos okupas y alternativos. “La ciudad que habíamos conocido despareció ante nosotros. Todo aquello que nos había fascinado se apagó súbitamente, intentaban que la gente no se agrupase. Se preparaba una ciudad ordenada para los turistas, y pasamos a ser turistas en nuestra propia ciudad”.

Popularizaron sus temas gracias a la redes sociales hasta que en 2012 recopilaron muchos de ellos en su primer trabajo discográfico «Benvinguts al llarg viatge«, en el que crearon un imaginario vinculado al mundo del circo y del clown, imagen gráfica también de “Som·riu”. Ese debut musical fue reconocido como mejor disco, mejor revelación del año y mejor directo por la prestigiosa revista especializada “Enderrock”, y les ha llevado a actuar en escenarios de toda Europa.

Aziza Brahim firma el mejor trabajo para la prensa europea

Desde la creación de nuestro blog Voces del Mundo, cada año hemos querido hacer un reconocimiento modesto al que para nosotros es el mejor trabajo discográfico del curso. Txarango toma así el relevo de la noruega Kari Bremmes, premiada en 2013 por “Og så kom resten av livet” (Leer aquí).  Un año antes, destacamos a la madrileña Ana Alcaide, cuyo trabajo “La Cantiga del Fuego” fue escogido como mejor disco de 2012 (Leer aquí).

La primera vez que otorgamos nuestro nombramiento fue en 2008 con la gran dama de la música griega Haris Alexiou y su maravilloso disco en directo de homenaje a Manos Loízos (Leer aquí). En 2009 habíamos reconocido el trabajo de los extremeños Acetre en “Dehesario” (Leer aquí), mientras que en 2010 y 2011 nuestro blog se mantuvo inactivo.

Por su parte, la asociación de críticos europeos de músicas del mundo (World Music Charts of Europe) ha premiado este año otro trabajo que destacamos en nuestro post del pasado 23 de junio, “Soutak” (Tu voz), de la saharaui Aziza Brahim (Leer aquí). Nacida en el campo de Hammada de Tinduf, en la frontera entre Argelia y el Sáhara Occidental, se ha erigido en la voz de un pueblo que sigue luchando en silencio por su supervivencia.

El latido de los refugiados se deja sentir en cada una de las notas que emanan del tabal de esta percusionista y cantante saharaui que se ha consagrado internacionalmente gracias a este tercer trabajo discográfico grabado el pasado año en directo en la ciudad de Barcelona donde reside desde 2000.